La historia del Limoncello se mezcla con las numerosas leyendas vinculadas al bello Golfo de Nápoles, en particular a Sorrento, Amalfi y Capri.
La historia más cercana a la realidad parece ser la que atribuye el nacimiento del delicioso licor a la romántica isla de Capri. Aquí, a principios del siglo XX, la Sra. Maria Antonia Farace cuidaba su propio jardín perfumado de limones y naranjas en la pequeña casa de huéspedes que dirigía.
Años más tarde, hacia 1988, el hijo de la señora María, siguiendo los pasos de su madre, abrió una pequeña producción artesanal de licor de limón, para la que registró la marca. Así apareció el primer Limoncello de la historia.
Esta versión, sin embargo, es seguida por otras que atribuyen el nacimiento del Limoncello a Sorrento y Amalfi.
Algunas teorías afirman que a principios del siglo XX las grandes familias de Sorrento hacían preparar un delicioso licor de limón para los invitados más ilustres que les visitaban.
Pasando a Amalfi, hay incluso quien afirma que el Limoncello nació mucho antes de 1900, y de hecho su historia está directamente ligada al cultivo de limones.
Según otras teorías, el licor ya era utilizado en la antigüedad por agricultores y pescadores para combatir el frío matutino, y su receta se creó en un convento para deleitar a los monjes.